lunes, 31 de marzo de 2008

El segundo Blasón está dedicado a la Memoria de Don Manuel Joseph Martín López de Prado (1764-1809)

El segundo Blasón está dedicado a la Memoria de Don Manuel Joseph Martín López de Prado (1764-1809) ejecutado sumariamente por los franceses, como dejó escrito el párroco de San Cristóbal de Martín, Don Pedro Díaz, en la partida de defunción “muerto por los malditos e infames franceses, sin recibir Sacramento alguno”.
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Descripción
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Cuartelado en Cruz: 1º. En campo de azur una venera de sinople con dos cordones a los lados. 2º. En campo de gules una garza al natural mirando a la sinestra. 3º. En campo de gules una granada. 4º. En campo de azur cuatro flores de lis de oro.

Simbología
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La Simbología de un escudo puede ser muy general, para interpretarla con acierto debemos ir a las informaciones históricas que disponemos sobre el linaje, en nuestro caso la Casa de Lemavia.
La partición en cruz es la más frecuente en España, según Menéndez-Pidal de Navascues, fue San Fernando quien lo inventó al modificar su blasón de Castilla introduciendo las armas de León, reino que heredó de su padre. Sus hijos y nietos siguieron su ejemplo llegando a ser muy frecuente entre la hidalguía. En Europa se popularizó por la influencia de la Corte Castellana. Esta partición permite colocar en cada cuartel las armas de cada uno de los abuelos o las del padre en posición 1º y 4º y las de la madre en 2º y 3º.
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La etimología de la palabra gules la derivan los antiguos de las “golas” o gargantas de las fieras. Este esmalte se asocia instintivamente a la sangre, el fuego de aquí que se empleé para representar hechos miliares, martirios, etc. Al contemplar un cuartel de gules resalta la pieza cargada dándole connotaciones de victoria, fortaleza, valentía, orgullo, poder, majestad, etc.
El azur es el color de las masas acuosas, de la atmósfera, del cielo, está asociado con virtudes espirituales, con la lealtad, el compromiso, la justicia, la nobleza, etc.
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La Venera o Vieira se encuentra relacionada con la batalla de Clavijo, en la que se apareció el Apóstol Santiago en ayuda de las tropas cristianas de Ramiro I de Asturias, muy inferiores en número a las de Abderramán II en el año 844. En nuestro escudo simboliza el compromiso del Linaje en la defensa de España, sus tradiciones y libertad frente a la opresión exterior, desde el nacimiento de la nación al comienzo de la Reconquista. Si bien la genealogía de la Casa de Lemavia tiene su origen en Don Martín Díaz de Prado, ricohombre del Emperador Alfonso VII, la leyenda dice que Don Martín provenía del Rey Fruela II, descendiente de Ramiro I, a través del infante Nuño Fruela, así lo expresan Rodrigo Méndez Silva, en su “Catálogo Real,” el Obispo de Orense, Don Fedro Seguino, en su “Historia” y el Marqués de Montebelo en sus notas al “Nobiliario del Conde Don Pedro de Barcelós”. El esmalte azur resalta la lealtad que nuestro Linaje a mantenido a lo largo de los siglos con España.
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La Garza simboliza la prudencia en prevenir los peligros, evitándolos con inteligencia. Los Garza de la Casa de Tor (Garza de Castrillón), de la cual descendemos. En la fortaleza de San Juan de Tor blasona, un Escudo partido: De Azur Garza de oro; 2º. De plata, seis roeles de azur. Don Pedro de Tor, Señor de los Cinco cotos fue ajusticiado por orden de los Reyes Católicos por su apoyo al levantamiento popular de las hermandades en Galicia, “os irmandiños”. Al combinar el campo gules con la Garza queremos recordar el valor en la defensa de los principios morales (filosóficos y por tanto producto de una reflexión intelectual), aun cuando esto pueda suponer el martirio, como le sucedió a Don Pedro de Tor y a nuestro recordado Don Manuel López de Prado en su heroico proceder, el cual le llevó a ser martirizado por los franceses.
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La Granada simboliza al Reino Nazarí de Granada, último en reconquistarse. Nuestro Linaje participó activamente en la reconquista, destacando en las Navas de Tolosa y en la reconquista de Baeza Don Rodrigo Martínez de Prado y en el asalto a Alhama, donde Don Juan Ortega de Prado, capitán de los escaladores del Marqués de Cádiz, Don Rodrigo Ponce de León, fue el primero en coronar la almena del castillo de Alhama al frente de la compañía de escaladores, abriendo la puerta que permitió al ejercito cristiano entrar en la ciudadela. En esta lucha nuestros antepasados derramaron su sangre con heroísmo. Debemos tener también presente los esfuerzos realizados por nuestros antepasados de las Casas de los Lemos, Ulloa, Andrade, Monterroso, Guzmán, Hurtado de Mendoza, Ponce de León, etc. La venera y la Granada simbolizan el alfa y omega del Linaje.
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La Flor de Lis es un símbolo del ánimo generoso, también está vinculada a la casa de Valois. En nuestro escudo representa la ascendencia real de los López de Prado como descendientes de los Infantes de la Cerda a través de Doña Inés Álvarez Osorio esposa de Don Martín Díaz de Prado, nieta por línea materna de Inés de la Cerda, hija de Don Alfonso de la Cerda legítimo sucesor de Alfonso X al fallecimiento de su padre Don Fernando de la Cerda. A través de varías ramas laterales la Casa de Lemavia desciende de las Casas Reales de Castilla, León, Asturias, Aragón, Inglaterra, Francia, Sacro Imperio Romana-Germánico, Imperio Bizantino, Hungría, Polonia, etc.

viernes, 28 de marzo de 2008

Los Reyes Católicos Ordenan al Merino de la Montaña Fernando de Prado que cumpla su oficio


31-3-1.475. Los reyes Católicos ordenan a Fernando de Prado, merino de Valdeburón, que cumpla con el oficio de merino y demás compromisos contraídos por él con la merindad.
A.G.S., R.G.S., III-1475.

Los concejos habían presentado a los RR. CC. Una queja contra el merino porque les quebrantaba sus usos y costumbres tocantes al oficio de merino y no guardaba los compromisos por él contraídos, como los habían guardado su padre y abuelo, <>. Aparte de Tovar, señor de Tierra de la Reina, también Prado señor de Valdetuéjar, acecha a la merindad. Ni ahora Prado, ni Tovar, que será merino después, encajan en la figura de merino que se traza en el privilegio de Enrique IV. La merindad se debate con los nobles en pugna por la misma subsistencia.

Don Fernando e doña Ysabel, etc., a Vos, Fernando de Prado, merino de los conçejos de la merindat de Valdeburón, salud e gracia. Sepades que por parte de los dichos concejos de la merindat nos fue fecha relaçion por su petiçión que de seis a siete años a esta parte avedes (mi)rado (?) nin queredes guardar sus vsos e costunbres que diz que tienen çerca de las cosas tocantes al dicho vuestro ofiçio de merindad ni así mismo los capítulos que diz que tenedes firmados e jurados çerca dello con la dicha tierra, antes diz que ge lo avedes todo quebrantado e quebrantades del dicho tinpo acá, no queriendo vsar con ellos en el dicho ofiçio, segund que vsaron vuestros padre e abhuelo, que fueron merinos en la dicha tierra

(El hecho de que su padre y abuelo hubieran sido merinos en la dicha tierra, testimonia de la preexixtencia de merindad, y aun estrictamente la de Valdeburón, a juzgar por la querella de los concejos.), en lo qual dizen que así pasase, ellos resçibirían en ello gran agrauio e dapno, e nos suplicaron e pidieron por merçed que sobrello los proueyésemos con remedio de justicia, como la nuestra merçed fuese; e nos tobímoslo por bien, porque vos mandamos que guardedes e fagades guardar de aquí en adelante a los dichos testigos e vezinos e moradores dellos sus vsos e contunbres, que asy diz que tienen çerca de lo que toca al dicho vuestro ofiçio de merindad e así mismo los dichos capítulos que asy diz que firmastes e jurastes con la dicha tierra, como suso es dicho; e otrosí vsedes con ellos en el dicho vuestro ofiçio segund e por la forma e manera que vsaron los dichos vuestros padres y agüelo e les non vades (vayaís) nin pasedes contra... (?) nin lo quebrantedes, por tal manera que non resçiban de vos agrauio en el dicho vuestro ofiçio nin ayan razón de se quexar, e que los non pongades nin consintades poner en ello nin en parte dello enbargo nin contrario alguno e, si lo contrario quisierdes fazer, mandamos a los dichos conçejos que vos lo defiendan (impidan) e registan por sus personas e con sus gentes e armas, e
mandamos a todos los conçejos, alcaldes, alguaziles, regidores, caualleros (?), escuderos, ofiçiales e omes buenos de todas las çibdades, villas e logares del prinçipado de Asturias de Ouiedo e de la noble çibdat de León e de las otras que son en comarca de los dichos conçejos.
Asy mismo a Gonçalo de Guzmán, que cada que por los dichos conçejos de la dicha merindat de Valdeburón o por su parte fuesen requeridos, que les den e fagan dar para lo suso dicho todo el fabor e ayuda que les pidieren e menester ouieren, e les non pongan nin consientan poner en ello nin en parte dello enbargo nin contrario alguno, porque así cunple a nuestro seruiçio. E non fagades nin fagan ende al por alguna manera so pena de la nuestra merçed e de priuaçión de los ofiçios e de confiscaçión de los bienes de los que lo contrario fizierdes para la vuestra cámara. E además, por qualquier o qualesquier por quien fincar de lo así fazer e cunplir, mandamos al omme que vos esta nuestra carta mostrare, que vos enplaze que parezcades ante nos en la nuestra corte, del día que vos enplazare fasta quinze días primeros siguientes, e mandamos so la dicha pena a qualquier escriuano público, que para esto fuere llamado, que dé ende al que vos la mostrare, testimonio signado con su signo, porque nos sepamos cómo cunplides nuestro mandado.

Dada en la noble villa de Valladolid a treinta e un días del mes de março, año del nasçimiento de nuestro Señor Ihesu Christo de mill e quatroçientos e setenta e çinco años. Yo, el Rey. Yo la Reyna. Yo, Alonso de Avila, secretario del rey e de la reyna, nuestros señores, la fiza escriuir por su mandado. Alfonsus Rodericus, doctor. Registrada, Diego Sánchez.

Fuente: La Montaña de Valdeburón. Eutimio Martino.p-227-228.
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Don Fernando de Prado o Don Hernando de Prado, según leemos era hijo y nieto de Merinos Mayores de la Montaña. La genealogía de estas tres genearaciones es la siguiente:
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Don Martín Díaz de Prado, duodécimo Señor de la Casa de Prado de Valdetuejar, Vasallo del Rey y Merino Mayor del Valle y Villa de Burón (León), que además de la Merindad (con treinta y seis villas y lugares) dominaba las villas de Pedrosa, Forcadas, Carande, Tejerina, Prioro, Morgovejo, Valderueda, Villacorta, Soto y Cegoñal . Contrajo Matrimonio con Doña Inés Alvarez Osorio, que llevó en dote las villas de Gordoncillo y Retuerta (hija de Don Alvar Peréz Osorio, Ricohombre de Castilla, Señor de Villalobos y su primer Conde, y de Doña Mayor de Velasco, a su vez hija de Don Pedro Fernández de Velasco y Doña María Sarmiento, progenitores del Duque de Frías). Tuvieron al menos estos hijos:
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1º. Ruy Díaz de Prado, que sigue.
2º. García de Prado, a cuyo favor fundó su padre mayorazgo con todas la rentas y derechos de Albires, iniciando la 2º. rama.
3º. Fernando de Prado, a quien su padre fundó mayorazgo e el lugar de Villabonillos.
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Don Ruy Díaz de Prado, llamado en algunos documentos don Rodrigo de Prado, sucedió en la casa como primogénito y fué XIII Señor de ella, Vasallo del Rey y Merino Mayor de la Montaña. En 1434 vendió las villas de Gordoncillo y Retuerta al II Conde de Benavente. Aún vivía en 1469. Casó con Doña María de Vega, naciendo de este enlace:
1º. Fernando de Prado, a quien los RR.CC. enviarón la carta que tratamos.
2º. Juan Núñez de Prado.
3º. Pedro Núñez de Prado, nació entorno a 1434 en la fortaleza de Valdetuejar. Se estableció en las jurisdicciones de la Somoza Mayor de Lemos y Puebla de Brollón, durante la II guerra irmandiña (1467-1469), sirviendo como capitán al I Conde de Lemos y realizando ante la Corte del rey Don Enrique IV varias misiones diplomáticas por encargo de Don Pedro Álvarez Osorio. Contrajo matrimonio con Doña Elvira Suárez de Deza, naciendo de este enlace: Fernando Pérez de Prado, que construyó una Casa Fortaleza en Regulfe antecesora de la Casa Grande de Lamela y del Mayorazgo de Lemavia, contrajo matrimonio con Mayor Ulloa Sarmiento.
4º. Maria de Vega Prado.